La Musica y los Dj,s


¡¡Sonido, Música y Color!!

Las Minitecas: íconos de los 80's

 

¿A quién no le suenan los nombres de "Sandy Lane", "New York People", "Betelgeuse", "ZC", "Infierno" ó “SoulTrain”?. Sin duda alguna, todo aquel que vivió su adolescencia ó su juventud en los dorados 80's de seguro bailó y se divirtió con lo fue un icono de la época: Las Minitecas.

 

"La Caravana" era una carreta, réplica exacta y fiel de aquellas del lejano oeste que veíamos en películas. En su interior habían equipos básicos para animar una fiesta: amplificador, plato, deck, etc.. Unos barriles de whisky servían de soporte para las cornetas.

 

En 1978, y como parte de la celebración de una fiesta pro-graduación del Colegio San Agustín, Radio Capital AM 710 decidió organizar la primera "Guerra de Minitecas". A pesar de lo improvisado del evento, y con muy pocos recursos de iluminación y sonido por parte de los participantes, se logró concentrar a las primeras minitecas que existían en nuestro país.

 

En 1979 se organizó la segunda "Guerra de Minitecas", pero en esta oportunidad se establecieron ciertas reglas como, por ejemplo: de 10 a 15 mezclas en sets de 15 minutos y el uso obligatorio de jingles que identificaran a cada miniteca.

 

Este segundo evento fue igual de exitoso que el primero y logró concentrar a un aproximado de 10.000 personas. Con nombres mayormente en inglés, pero que traducidos al español no tenían significado coherente alguno, estas minitecas lograron cautivar al público con sus estructuras hechas en madera, formica y forradas en terciopelo.

 

Entre el público asistente a la "Guerra de Minitecas" estaban quienes, al poco tiempo, se convertirían en los dueños de verdaderos "mounstros" del sonido: "Sandy Lane" y "Betelgeuse".

 

Locutores como Jesús Leandro, Jofre Maestrachi, William Lara, Enrique Hoffman, Carlos Eduardo Ball y Waldemaro Martínez eran contratados por los "minitequeros" (como se les decía en aquella época a los dueños de minitecas) para grabar jingles que aún muchos de nosotros recordamos: "Sonido...Sandy Lane", "El poder New York, New York", "ZC es...Control Total", “Soultrain El Expreso”.

 

El negocio de las minitecas se propagó rápidamente y era toda una industria. Cada miniteca vendía cintas de audio (cassettes) con un set de 30 minutos por cada lado y se podían conseguir en Bs. 100,oo (el precio de cada cassette virgen, para la época, era de Bs. 20 ó 30 dependiendo de la marca). "Sandy Lane" incluyó en sus presentaciones a Tony Scott, un "show man" que, inicialmente, animaba un programa por Venezolana de Televisión, canal 8, llamado "Disco Fiebre". Tony bailaba, cantaba rap y se encargaba de contagiar de su entusiasmo a  todos los asistentes. La iniciativa de "Sandy Lane" fue tan exitosa que las demás minitecas decidieron adoptar esta modalidad en sus presentaciones. Por su parte la "New York New York" incluyó al DJ Bobby Smith en sus presentaciones.

 

Ya para finales de 1980, principios de 1981, las minitecas eran un fenómeno. Cada uno de nosotros presumía de tener o de conocer una miniteca, y tener un cassette de una de ellas era considerado casi que un privilegio y te hacía ver "popular". La fiebre había incorporado en la competencia a nuevos nombres como "Lighting", "The Drop", "Fahrenheit", "Infierno", "Excalibur", "Dr Mix", "Mad Ness", "Rainbow", "Magique", "La Rocola", "Dislike", "Explosion People", "Scaen", "Ambitus", “Soultrain” y muchas otras. La competencia fue arreciando y cada una de las minitecas buscaba armarse los mejores equipos de audio e iluminación, llegando a ser estos, incluso, más importante que el DJ.

 

"Sandy Lane", según quien fue su dueño, siempre innovaba y en cada presentación aparecían con un invento nuevo. En las presentaciones habían presuntos "espías" que aprovechaban los descuidos de los chicos y se encargaban de tomar nota de cada invención, o nuevo aditamento, con el fin de copiarlos ó robarles las ideas.

 

Por su parte "New York New York" que hizo su debut en 1982, fue la primera miniteca en traer a Venezuela, importado de Europa, un sistema de luces que convertían cada salón de fiesta en una discoteca.

 

Por otro lado, "Betelgeuse", no escatimó esfuerzos al incorporar, en sus presentaciones, una máquina de humo de fabricación casera utilizando sólo una aspiradora, hielo seco y un pipote.

 

En Maracaibo pisaba duro “SoulTrain” con sus cajas de medios “campanas” únicas en el país y con sus amplificadores modificados, buscando siempre sonar más duro y más claro, cosa que lo logro y ser la miniteca de mas presión en todo el país.

 

En 1983 el negocio se había multiplicado y los "Minitequeros" ya habían solventado ciertos detalles técnicos que ocurrían en las presentaciones, como quemar equipos, cables achicharrados, apagones totales en edificios y otros problemas que a menudo surgían inesperadamente en las presentaciones.

 

El negocio creció vertiginosamente y los dueños de minitecas, que habían tomado todo al principio como un hobbie, ya eran empresarios con tan sólo 20 años. Cada miniteca tenía un promedio aproximado de entre 20 - 25 presentaciones en un mes (cada una por un precio aproximado de Bs. 5.000 por 6 horas), cada una tenía sus propios camiones y trailers identificados, sus propios "Show man" y no solamente se dedicaban a mezclar New Wave, sino que incluyeron en sus presentaciones salsa, merengue, pasodoble y rock. Los dueños de las minitecas gozaban de total autonomía económica y se permitían el lujo de viajar cada mes al exterior a fin de traer equipos y música.

 

La última "Guerra de Minitecas" fue realizada en el año 1985 con el patrocinio de la emisora Caracas 750 AM (anteriormente Radio Caracas Radio) y la gran atracción fue ver a Tony Scott lanzarse en rapel desde las luces del techo vestido con un traje de la fuerza aérea.

 

Aunque esa fue la última "Guerra de Minitecas" que se realizó, la fiebre de las minitecas continuó en auge por unos cuantos años más, pero enfocada más a grandes eventos multitudinarios.

 

En 1984 "Sandy Lane" fue vendida al dueño de "Betelgeuse" (en una transacción "millonaria" por aproximadamente 2 millones de bolívares), quien a su vez terminó comprando otras minitecas como "The Drop" y "Empire". Carlos Bóveda (Charly) dueño antiguo de "Sandy Lane" alega que vendió todos los equipos por sus compromisos universitarios y por cansancio.

 

Aunque Johnny Cabrera, dueño de "Betelgeuse", "Sandy Lane", "The Drop" y "Empire" dice que vendió todos los equipos de las minitecas a una empresa proveedora de audio e iluminación y que estas ya no suenan, pudimos ver recientemente a "Sandy Lane" tocar en el "Polar Ice Motor Fest" en La Carlota (Julio 2004)...

 

Hoy en día "New York New York" sigue sonando y no ha cambiado de dueño. Sigue presentándose con el nombre que tuvo que adoptar en la década de los 80 "New York People", luego que se entablara una disputa legal, por el nombre, con el club "New York New York" que funcionaba en el Centro Comercial Concresa. Según su dueño, la miniteca no ha sido vendida por razones sentimentales, ya que actualmente se dedica al negocio de la construcción.

 

En La Actualidad

 

Quienes en su juventud fueron "empresarios minitequeros" hoy de dedican a otra actividad

 

* Carlos Bóveda, dueño fundador de "Sandy Lane", es un reconocido odontólogo.

 

* Jhonny Cabrera, quien en principio fuera dueño de "Betelgeuse" y, posteriormente de  "Sandy Lane" y otras más, es hoy presidente de la empresa productora de espectáculos "Water Brothers de Venezuela".

 

* José Antonio Escobar (mejor conocido como Tony Scott, "Show Man" de "Sandy Lane") se desempeña en la FM 92.9 de Caracas como Gerente de Audio y Tecnología.

 

* Massimo Coletta, dueño y fundador de "New York New York" ("New York People") se dedica al negocio de la construcción, pero aún conserva sus minitecas y las regenta.

 

* Goody Raffalli, quien en principio fuera dueño y fundador del Soultrain, esta dedicado a los negocios.

 

BreakDance
Historia
 

El Breakdance parece tan diferente de todos los otros tipos de baile que lo primero que pregunta la gente cuando lo ve es: "¿Dónde aprendieron estos niños a bailar así?" Para muchas personas, este baile parece no haber venido de ninguna parte. Pero como todo, el Breakdance vino de alguna parte, a partir de algo y de alguien. En el caso de Breakdance, ese alguien es la gran super-estrella, James Brown, y el algo es el baile, el "Good Foot". En 1969, cuando James Brown estaba en lo más alto con su gran éxito "Get on the Good Foot", el "Hustle" era el estilo de baile del momento. Con esta canción, hizo el tipo de baile que todo el mundo esperaría que James Brown hiciera. Era un baile casi acrobático, bastante conocido por la mayoría de los niños de los alrededores de New York City. Cuando el "Good Foot" se volvió el nuevo estilo del baile, la tradición de las competiciones o batallas de baile se estableció. Los bailarines se reunían en lugares como "Harlem World" en la Calle 116 en Harlem y "Battle-dancewise". Se cubría la información sobre batallas con más detalle en las secciones de competiciones y concursos, pero lo más importante en la historia del Breakdance es que estaba particularmente bien preparado para la competición. Ese Breakdance era muy diferente del que nosotros conocemos hoy. De alguna manera era más simple. No se hacían "Headspind", "Handglides", "Windmill" o "Backspins". Era lo que actualmente se llama el viejo estilo. El viejo estilo sólo consistía en lo que se denomina "Floor Rock", y en cierto modo era más complejo que el break moderno. Puede haber algunas variaciones pequeñas en el "Headspin" y el "Backspin", pero básicamente, un "Headspin" es un giro sobre la cabeza y un "Backspin" es un giro sobre la espalda. Pero "Floor Rock" puede involucrar algunos movimientos de piernas extremadamente complejos, y se hace muy rápidamente. Entre aquéllos para quien el viejo estilo de break era especialmente popular, estaban muchas de las bandas de la calle que vagaban por el sur del Bronx . Y fue en esas calles donde el Breakdance realmente empezó. A menudo, los mejores breakers de bandas contrarias utilizaban las competiciones de break en lugar de las peleas tradicionales. De esa forma demostraban que su banda era mejor que la otra. Muchas veces ellos hacían una especie de contrato por el que el perdedor ya no podía pasar al barrio del ganador. Y muchas veces sólo competían para ganar respeto simplemente. Desgraciadamente, esas batallas de breakdance no siempre detuvieron las peleas. Pero actualmente estas batallas han reemplazado en gran medida las peleas en el Bronx.



De esta manera se formaron equipos o grupos (crews) de bailarines que lo practicaban. Y pronto aparecieron equipos formales organizados, que no sólo practicaban juntos, sino que también desarrollaron sus propias rutinas de baile. Algunos de estos equipos se dedicaron mucho al break, y como no tenían nada mejor que hacer, empleaban muchas horas al día en practicar, desarrollando movimientos más complejos, mejorando su forma, y aumentando su velocidad. Y entonces llegó Afrika Bambaataa. Bambaataa es el legendario maestro DJ, máximo responsable del próspero crecimiento del Breakdancing. Él es productor y miembro de Soul Sonic Force, cuyo "Looking For The Perfect Beat" fue elegido como el cuarto mejor single en la votación de las críticas de jazz y pop en el año 1983. Afrika Bambaataa también es el líder de la Nación Zulú en el Bronx. En 1969, Afrika Bambaataa vio el Breakdancing como algo más que un simple baile. Lo vio como una manera de lograr algo. Vio el potencial de Breakdancing, y animó a los bailarines a seguir con ello, a trabajar duro, y a creer que algo bueno podría venir de él. Bambaataa creó uno de los primeros equipos de Breakdance, "The Zulu Kings". Ganaron muchas batallas y muestras de talento en varios clubes en Nueva York. Al mismo tiempo, ellos ganaron muchos partidarios para la Nación Zulú. El viejo estilo siguió siendo popular hasta aproximadamente 1977, cuando el "Freak" ocupó el poder, basado en el éxito del tema "Freak Out" de Chic. Entonces, alrededor de 1979 y principios de 1980 un nuevo equipo de Breakdance se formó: Rock Steady Crew. Aunque Rock Steady Crew tenía un talento especial, mucha gente los calificó de anticuados. Pero Bambaataa los animó. Les dijo que si se unían a él, algo bueno pasaría. Se encargó de ellos y pronto estaban trabajando en el Mudd Club, el Ritz, y otros clubes de Nueva York. Cuando Rock Steady actuó para Malcolm McLaren y Bow Wow Wow en el Ritz, la gente empezó a tomarlos en serio. El Breakdancing estaba de moda otra vez.

Pero el nuevo estilo de break era diferente del viejo. Rock Steady aportaron muchos movimientos acrobáticos. Ahora no sólo incluía "Floor Rock" sino "Headspins", "Backspins", "Handglides", y "Windmills". En 1981, Charles Ahearn hizo su película sobre hip hop, "Wild Style", una visión cruda del rap, el graffiti, el scratch, y el Breakdance en el Bronx. Ahearn llamó a Rock Steady para hacer break y Rock Steady se convirtió en un equipo de Breakdance prominente y el nuevo estilo de break llegó a ser más popular aun. Cuando llegó la primavera de 1982 había en Roxy, en Nueva York, una arraigada pista de patinaje. Pero la popularidad del patinaje sobre ruedas empezó a marchitarse rápidamente, y en junio del 82, Pat Fuji convirtió Roxy en un club de baile los jueves, viernes, y sábados por la noche. El Roxy se volvió el centro del hip hop rápidamente, frecuentado por raperos, DJ' s, y breakdancers. Si alguien quería descubrir un Breakdancer para su show o vídeo, debía ir al Roxy. O, si simplemente quería mirar o aprender algunos nuevos movimientos, debía ir al Roxy. Y el Roxy empezó a patrocinar concursos de Breakdance que ayudarían a los ganadores a conseguir más reconocimiento. En junio de 1983, Pat Fuji contrató a la bailarina de jazz profesional Rosanne Hoare para formar el Street Arts Consortium, el cual era un lugar dedicado al Breakdance, al rap y al arte del graffiti. Rosy iba a establecer oficialmente un "hogar" para la cultura del hip hop. Mientras, el Street Art Consortium nunca realmente fue como imaginó, Rosy mantuvo una casa para Breakdancers. Ella no sólo proporcionó un lugar donde ellos pudieran sentirse en casa, sino que trabajó con ellos como coreógrafa y ayudó a extender sus posibilidades de baile. Ella también ayudó a muchos a encontrar trabajo como bailarines. Lo más importante, Rosy ha sido siempre allí como una amiga con la que ellos pueden contar. Ella ha elevado el Breakdance. "Breakdancing with Mr.Fresh & The Supremes Rockers"

El Breakdance es un tipo de baile que suponía un indudable reto y la necesidad de un control y dominio absoluto de las distintas partes del cuerpo. Una puesta en escena que representaba MANDO, PODER y LIBERTAD, SIN REGLAS NI BARRERAS...

 

Historia del Disco Music

Género de música de baile que tuvo una gran difusión comercial y ejerció una gran influencia desde finales de la década de 1970. Sus melodías, basadas en el Soul, en la compulsiva línea del bajo y en los latidos rítmicos constantes, la convirtieron en un éxito popular inmediato.

Nació en el seno de las comunidades homosexual, latina y en los clubes urbanos de la subcultura Afro Americana de Estados Unidos. Sus primeros éxitos fueron “Soul Makossa” (1973), de Manu Dibango’s, “Love’s Theme” (1973), de Barry White, “Rock the Boat” (1974), de Hues Corporation’s y “Rock Your Baby” (1974), de George McRae, que alcanzó el primer puesto de las listas de ventas en Gran Bretaña. El sencillo “The Hustle” (1975), de Van McCoy, tras vender más de diez millones de copias, situó a la música disco como un fenómeno mundial asociado al baile. El “Philly Sound” de los productores Kenny Gamble y Leon Huff (que incluía líneas vocales de Soul sobre fuertes patrones rítmicos y un exuberante fondo orquestal) fue característico de la primera época de la música disco.

KC & The Sunshine Band, con los sencillos “Get Down Tonight”, “That’s the Way (I Like It)” y “(Shake, Shake, Shake) Shake your Body”, fueron pioneros del Miami Sound, para el que utilizaban instrumentos de percusión latinos, mezclados con silbidos y exclamaciones. Entre 1975 y 1976, situaron tres temas en el número uno de las listas de éxitos de Estados Unidos, algo que no sucedía desde The Beatles. Donna Summer, con “Love to Love You, Baby” (1976, producido por Giorgio Moroder y Pete Bellote), fue pionera en la utilización de sintetizadores y abrió el camino para la música disco europea (más tarde popularizada por Abba). El éxito masivo de la película "Fiebre Del Sábado Por La Noche" (1977, de John Badham, con John Travolta como protagonista) alzó su banda sonora (que incluía nuevas canciones de The Bee Gees y clásicos como “Disco Inferno” de Trammps) al número uno de las listas durante veinticuatro semanas y vendió más de treinta millones de copias. The Bee Gees igualaron otro récord de The Beatles en 1978 con tres sencillos simultáneos en los diez primeros puestos de las listas de Estados Unidos (“Stayin’ Alive”, “How Deep Is Your Love” y “Night Fever”).

La música disco pareció decaer a principios de la década de 1980, pero demostró su fortaleza en los ambientes gay con el éxito de Sylvester and Village People a finales de la década de 1970, que continuaron como hi-NRG a comienzos de los noventa. Los Lp's de música disco, diseñados para locales de baile, se promovían a través de los Disc-Jockeys más que por actuaciones en directo, y a mediados de la década de 1970, los sencillos de doce pulgadas (que solían incluir las pulsaciones por minuto o beats per minute, bpm, impresas en el disco), fueron de gran ayuda para el trabajo de los DJ. La producción de distintas mezclas (añadiendo, por ejemplo, determinados patrones rítmicos a las canciones), también fue una novedad que enfatizó la importancia del trabajo de estudio más que las actuaciones individuales en directo. La deuda de la música house con respecto a la disco llevó a un renacimiento de esta última en la década de 1990, aunque antes había sido despreciada por los críticos de rock.

 

Breve Historia De Los DJ's

Los disc-jockeys se han dedicado a pinchar discos durante décadas. Pero en los treinta años de existencia de la música dance electrónica se han convertido en símbolos culturales influyentes. Además de servir como guardianes de las industrias musicales locales, algunos DJ son embajadores musicales muy bien pagados que viajan alrededor del mundo para difundir las últimas tendencias musicales.

¿Ello se debe a que han aprendido a “hechizar” una pista de baile, a “trabajar” un disco de manera que suene a la vez familiar y completamente nuevo y a “enloquecer” a la multitud durante una fiesta? ¿O simplemente a que por fin reciben apetitosas pagas y disfrutan de la celebridad que acompaña al dinero y a la aparición en los medios de comunicación?.

Probablemente la respuesta sea todo lo anterior o un poco de cada cosa. Las raíces de la cultura DJ deben buscarse en centros urbanos conocidos desde hace tiempo como focos de creatividad musical como Nueva York, punto de partida ineludible de cualquier historia, incluso breve, de la era disc-jockera. Allí, a finales de los sesenta y principios de los setenta, el cruce entre la cultura afroamericana y la sensibilidad gay asumida colectivamente formó el núcleo de la cultura dance contemporánea.

La cultura de la música dance, ya se asocie con el Disco, el club o el house, tiene sus raíces en Nueva York. La Gran Manzana se convirtió en la capital mundial de la música Disco a mediados de los setenta, gracias a una vibrante cultura underground capitaneada por homosexuales afroamericanos y latinos.

Las discotecas legendarias de la ciudad, "The Sanctuary", "The Loft", "Better Days" y "Paradise Garage", entre otras, emergieron de la fusión de los tres tipos de ambientes musicales de los sesenta, que programaban música grabada con o sin disc-jockey. Los pioneros trabajaban en discotecas “a la francesa”, entre las que figuraban, en Manhattan, "Le Club" y, posteriormente, "Arthur and Cheetah". Su diseño y clientela eran fiel reflejo de la idea, nacida en la posguerra, de la discoteca como un lugar elegante donde la jet-set podía tomar una copa.

Esta visión elitista cambió a principios de los setenta, cuando las discotecas absorbieron los cambios que estaban transformando a la sociedad estadounidense. Mención aparte merece el hecho de que los jóvenes –en particular homosexuales, mujeres o miembros de minorías étnicas– que habían estado (o se habían sentido) marginados de la sociedad comenzaron a hacerse oír. Estos grupos incluían a hippies anteriores a Woodstock, poetas combativos, músicos, actores y otros artistas, así como a afroamericanos, latinos y caucasianos de clase media. Aunque en algunos casos se mezclaban, en general frecuentaban salas de baile diferentes según su orientación sexual.

Los heterosexuales tomaron al asalto clubes como "Electric Circus" o "Zodiac", con un repertorio de rock, rythm and blues y formas precursoras de lo que hoy conocemos como “world music”. Por su parte, los hombres y mujeres homosexuales preferían bares o clubes de barrio, legales o clandestinos, situados en zonas étnicamente homogéneas como Harlem, la parte hispana de ese barrio o el Upper West Side.

Los legendarios motines de "Stonewall", en Greenwich Village, del 28 de junio de 1969, terminaron con las frecuentes redadas policiales en estos bares gays. Los homosexuales combatieron por primera vez colectivamente y con éxito el acoso policial, hasta el punto de que después de "Stonewall" muchos gays y lesbianas comenzaron a ver en el dance no sólo un pasatiempo, sino también un poderoso medio para crear conciencia de grupo.

Aunque la discoteca gay más antigua del estado de Nueva York estuvo probablemente en Cherry Groove, en Fire Island, el primer local urbano que convirtió a las discotecas en lugares notorios, a la vez prohibidos y atractivos, fue "The Sanctuary", situado en Manhattan, en la calle 43. Este lugar se convirtió en los setenta en modelo de otras discotecas gays y fue también cuna del primer disc-jockey transformado en estrella del pop. La gente acudía allí a ver y escuchar a Francis (Grasso), que había ideado un nuevo instrumento, consistente en dos platinas y un mezclador, y un nuevo espacio: la cabina del disc-jockey, que, con sus controles de luz y sonido, conseguía que el público bailara con desenfreno y sin parar.

Hacia 1973, revistas como Billboard y Rolling Stone y radioemisoras de Nueva York se hicieron eco del fenómeno “Disco”. Los fans comenzaron a comprar discos en una cantidad tal que las productoras tuvieron que prestar atención a un género que hasta entonces habían ignorado. Como sus antepasados de la radio de los cincuenta, los disc-jockeys conquistaron un poder capaz de convertir un tema en un éxito o un fracaso. Su creciente notoriedad hizo que pronto pudieran intervenir en la producción. Por ejemplo, el DJ neoyorquino David Todd dio a conocer a Van McCoy, productor de la firma R&B, un baile latino llamado "the hustle" (“el empujón”). Con él, McCoy produjo un disco que fue número uno y Todd pasó a desarrollar el departamento disco de una gran compañía: RCA.

La música borra fronteras

Entre 1975 y 1985, las fronteras entre productores, ingenieros de sonido, compositores y disc-jockeys fueron difuminándose. Lejos de limitarse a poner música en las discotecas, los disc-jockeys comenzaron a aventurarse en los estudios de grabación, llevando consigo los conceptos y técnicas para mezclar música, crear sonidos y versiones nuevas de temas antiguos que utilizaban en sus lugares tradicionales de trabajo. Para mezclar música dieron a ciertas herramientas tecnológicas un uso que sus creadores nunca habrían imaginado. Por ejemplo, un sintetizador/secuenciador sencillo, el Roland TB-303, creado en 1983 para que los músicos de rock pudieran imitar el sonido de un bajo, se convirtió en la materia prima del acid house. Además, los disc-jockeys no se limitaron a utilizar este instrumento de manera ortodoxa, sino que experimentaron con él igual que con los discos. Uniendo a los secuenciadores las cajas de ritmos, no sólo lograron aumentar y diversificar sus repertorios, sino que produjeron nuevas versiones que pusieron a la venta. Así fue como la música Disco se convirtió en música House.

Los beneficios económicos de la música dance crecieron paralelamente a este intercambio estético y tecnológico entre disc-jockeys y estudios de grabación. Por otra parte, los disc-jockeys han sido los paladines de la lucha contra la muerte del vinilo. Y las principales instituciones de la industria de la música dance –sellos independientes, compañías que distribuyen discos promocionales a los disc-jockeys que se comprometen a difundirlos, clubes underground y tiendas especializadas– suelen contar entre su personal con disc-jockeys que basan su actividad en el creciente reconocimiento de su arte y pericia como músicos e intérpretes. Ello transformó a los disc-jockeys de pinchadiscos a mezcladores y productores. La música dance es hoy un fenómeno planetario que viaja de la mano de un grupo de disc-jockeys que tejen su propia versión personal de la Red: la “autopista” de la música dance está hecha de caminos que comunican entre sí las diferentes culturas locales.

Para los disc-jockeys neoyorquinos, los primeros caminos pasan por otras ciudades estadounidenses con culturas dance locales establecidas o incipientes. Desde Nueva York, Danny Tenaglia se trasladó a Miami. Allí se formó como DJ antes de regresar a Manhattan, donde es hoy uno de los más solicitados creadores de nuevas versiones de temas de otros artistas. Frankie Knuckles, también de Nueva York, se mudó a Chicago para convertirse en el DJ de "The Warehouse", un club de negros homosexuales. Por supuesto, uno y otro iban y venían continuamente a Nueva York para traer y llevar nuevos sonidos. En la actualidad, ambos han regresado a la Gran Manzana y viven de su trabajo como disc-jockeys y mezcladores.

El segundo gran eje de la música club partió de Chicago vía Nueva York y llegó a Londres. Hacia 1986 o 1987, después de la primera época dorada del House en Chicago, se hizo evidente que las mayores casas de discos y medios de comunicación ponían reparos a la venta en gran escala de este tipo de música, asociada con los homosexuales negros. Los artistas del House se volcaron hacia Europa, sobre todo a Londres, pero también a ciudades como Amsterdam, Berlín, Manchester, Milán, o Zurich, e incluso a Tel Aviv. El resto es la historia de lo que se convirtió en la cultura rave, un fenómeno juvenil europeo que goza de muy buena salud.

Un tercer eje llega hasta Japón, donde, desde fines de los ochenta, los disc-jockeys neoyorquinos tuvieron la oportunidad de actuar como invitados ante audiencias tan lejanas geográfica y culturalmente de la sensibilidad homosexual afroamericana como la europea. No obstante, tanto en Tokio como en otras grandes ciudades niponas se desarrollaron estilos locales de dance. Con la llegada del nuevo milenio, los vientos de esta cultura comienzan a soplar en nuevos destinos como São Paulo, Ciudad de México y capitales africanas como Dar es Salaam. Una nueva generación está enriqueciendo una tradición que no tiene ni manuales ni instrucciones de uso. La transmiten oralmente disc-jockeys que a su vez aprendieron de quienes los precedieron...    Www.AudioUniverso.Tk

 

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Jhonny Ramirez

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